por eso doña “leito” como le dicen de cariño me describió a sus siete hermanos; tres mujeres y cuatro hombres, -Virginia la mayor de las mujeres tenia los ojos azules claros y la boca muy chiquita, rosadita, no era fea y el pelo rubio, era muy blanca. El italiano (el hermano menor de los hombres) me dijo -“un día que le iban a poner una inyección a Virginia parecía una esperma de blanca” ella como no se dejaba ver, era una cosa exagerada de lo blanco. Lucrecia la tercera de las mujeres era con el pelo más blanco y yo le decía que tenía ojos de loro porque los ojos eran amarillos y el pelo era rubio. Lupercio el tercero de los hombres era de pelo mono, pero los ojos ya eran verdes, las pestañas muy crespas y yo salí con ojos feos todos oscuros porque mamá era de pelo rubio y ojos claros, Cecilia la segunda de las mujeres tenia el pelo más oscuro con los ojos grises, como verdes y el pelo de papá era finiquitico una cosa como lanita era un pelo delgadísimo más bonito todo ondulado y tenia los ojos achocolatados; él si tenia los ojos como los míos.
Mi papá era general de la república los hermanos de mi papá Santiago y Jorge Camargo también eran generales, y de los tíos, Gabriel Camargo era un gran médico y estuvo mucho tiempo de profesor en una universidad, allá le hicieron un busto, Eusebio estaba de cónsul en Venezuela y uno de ellos murió en la batalla de san Luis, era capitán, no recuerdo su nombre. Ellos eran Camargo, familia de política; como Alberto el tío y de generales como papá.
Leonor Camargo Espulidory
En cambio la familia de mamá era artista; ella era hija de un italiano; mamá era Espulidory Mendoza. Un tío de mamá estuvo en la escala de Milán en Italia, fue porque le gustaba mucho la música clásica él fue a Italia a un concierto en la escala “dígame semejante potencia” y allí dijeron que perdonara el público que no podían presentar la opera porque se había enfermado el director de la orquesta, entonces Rafaelito el tío de mamá se levantó y les dijo que si permitían que un colombiano dirigiera la orquesta para que no devolvieran boletas y se fuera el publico. Él de repente y sin ensayo de nada se subió a la tarima y dirigió toda la opera; salió aplaudidísimo, les gustó mucho y cuando Rafaelito se vino para Colombia le dio fiebre amarilla; se murió en la mitad del mar, no alcanzó a llegar.
La familia Espulidory era toda artista eso no se le puede negar, Antonieta, mercedes y Lucila Espulidory hermanas de mamá eran unas hachas para el piano, la música, clásica de opera. Antonieta formó la orquesta con los hijos y ellos tocaban de todos
los géneros; las tres hermanas tocaban bellísimo, lindísimo y la voz de mercedes la mayor era soprano e interpretó muchas operas, era la solista y Lucila hacia la voz altísima una cosa lindísima, ella murió de una úlcera. Jaime único hombre compuso unos boleros inéditos, tocaba muy bien el saxofón. Aunque la mamá de mi papá Mercedes Angulo era cantante, tenía una voz muy bonita y ella era una mujer muy hermosa pero el abuelo era tan celoso que le tapaba la cara con un velo.
Después de contarme un poco de historia de su familia continúa describiéndome sobre la casa;
-El abuelo, papa Rafael construyó la casa a estilo Nápoles italiana, esa casa era grandísima, mamá contaba que habían traído unos pintores italianos para pintar la casa en fresco, mejor dicho la pintura de fresco era en pared de adobe, era una pintura sumamente fina, una belleza, linda claro que eso se fue acabando, en ese momento la interrumpo y le pregunto qué porqué – “mamá iba vendiendo por pedazos la casa ya que como estaba enferma y algunos de mis hermanos también la plata se necesitaba” y ya solo quedaba pintada únicamente la sala y el cuarto de piano. Por eso se había procurado tenerla con cuidado ya que estaba llena de flores y de frutas, de uvas pintadas, por eso la llamaban la viña y quedaba donde ahora queda Pasadena; esa era la pura entrada de la casa.
Adorno de la casa
Vida de sus hermanos
Después de escuchar la descripción de la casa e imaginarme lo hermosa y grande que era le pregunto que hacia ella y los hermanos, en qué trabajaban
- Lupercio mi hermano trabajaba en la interpol, esa que ahora le cambiaron el nombre, la compañía esa de petróleos, le digo que si Ecopetrol y me dice que si, -“era el jefe de personal de tierra y a él le tocaba estar pagando sueldos a todos los trabajadores, comprar terrenos y tenia que montarse en jip para ir a las montañas por donde pasaban las ventas de petróleo”. Una vez Lupercio se fue con un aviador hacer negocios con un indio, ellos le tenían fiesta porque iban a negociar con el cacique; sentaron a Lupercio y al aviador para que escucharan música y les ofrecieron chicha; Lupo decía que no recibía pero al final tomó. A la salida les dieron muchos regalos pero cuando se fueron a subir el avión pesaban mucho, así que Lupo dijo: que para qué querían esos cacharros y además el avión no subía con ese peso, así que se fueron botando todo por el camino y a la casa llego con una olla lo mas de bonita y una marimba.
Mis hermanos viajaban mucho -Lupercio hacía hasta cinco viajes por día en el avión, Lupercio adoraba mucho a mamá, él llegaba, saludaba y se iba. A veces hacia una llamada o un Marconi porque él viajaba mucho.
Leonel el italiano era notario y trabajaba con el cabezón Rodríguez un amigo de papá pero ese señor a mi nunca me dio confianza porque a el italiano lo iban ascender de cargo y él tenía un carro azul y se lo rompieron allá, quedó vuelto nada, como si lo hubieran cogido a palo, también le hacían amenazas por eso a él le dio mucho miedo y tuvo que retirarse del cargo, al poco tiempo ascendieron al cabezón Rodríguez, entonces Leonel puso su almacén de artículos extranjeros.
Mientras prepara un chocolate voy tomando algunas fotos de cuadros que se encuentran en el lugar, me causa curiosidad uno de ellos donde hay algunas mujeres y un hombre con pinta de extranjero, le pregunto que si son los hermanos – “ellas son mis hermanas y el italiano” entonces quiero saber qué hacían las mujeres -En la casa ninguna mujer fue a la universidad, solo a el colegio La Presentación con las monjas porque papá qué nos iba a dejar ir solas para Bogotá. Las mujeres solo tocábamos piano “risas” el día era: tocar, comer y leer; teníamos muchos libros, cuando se calló la casa se llevó un poco de estos, la biblioteca que había era terrible. A papá no le gustaba que uno fuera el sirviente de nadie, nos decía: -“no niñitas ustedes no son sirvientes de nadie eso de que tengan jefe y después comiencen a mandarlas y a gritarlas eso no”, él no permitía. Siempre quisieron consentirlo a uno, decía: ustedes no se están muriendo de hambre. En la alcaldía le dieron trabajo a Lucrecia y papá no la dejó porque llegaba la gente con groserías y a él no le gustaba eso, no le gustaba la vulgaridad; en la casa de lo que yo me acuerdo nunca se oyeron groserías ni de mamá ni de nadie, hasta bonito.
Familia Camargo Espulidory
Mis papas tenían mucha plata y viajaban muchísimo, ellos ya de edad tuvieron un viaje de luna de miel “risas” aunque no entiendo porqué también me rio, pero fue cuando el italiano estaba en el colegio puro jovencito, dijeron que se iban a visitar a Jorge un sobrino de papá a Popayán; se encantaron de la vida allá en Buenaventura y todos esos lados, a mi me dejaron con una niñera, con la Margarita porque yo era muy chiquita todavía. Duraron un año por allá, ahora si entiendo del porqué la risa y le digo que estaba muy cortica la luna de miel, ella se vuelve a reír, -“mi mamá aprendió a nadar en Buenaventura y cuando llegó nos decía andén niñitas para Paipa a las piscinas ya que ella era feliz nadando”. Nos levantábamos desde las cinco de la mañana los miércoles porque las lavaban ese día y estaban limpias así que cada ocho días era para piscina porque le gustaba nadar a ella. Llegábamos a Paipa y como en Paipa no habían casi hoteles ni nada, había una señora que tenía un kiosco y allí ella preparaba los almuerzos y las onces: después nos veníamos por la tarde.
Las fiestas en sociedad
En diciembre nos reuníamos en las posadas y nosotros de chiquitos nos arrimábamos y nos daban galletas, Lupo se las echaba al bolsillo. Nos reuníamos con muchas familias aquí de Sogamoso una fiesta en un patio, otra en otro patio y así. Nos reuníamos con los Arenas con el José Félix Patiño, los Reyes Guarín, eran las familias más destacadas de la ciudad. Había baile hasta el amanecer eso si era rico y en Duitama eran los piquetes donde los Salamanca.
Los Espulidory tenían unas fincas y parte de lo que reunían allí era para la noche buena es que eso eran los fiestonones; eran con orquesta, ponían unas mesas grandísimas en el patio arregladísimas con flores y se reunía mucha gente y yo lucia en cada fiesta un vestido diferente, nunca los repetí; utilizaba vestidos largos, un buen par de zapatos, guantes hasta los codos, peinados altos y no podían faltar las estolas y como hago cara de que no entiendo me dice que eran unos chalecitos finísimos, eran de piel de animales pero solo se utilizaban con vestidos elegantes y carteras de pedrería, pero ahora los 31 de diciembre me salgo a la puerta por hay a ver las luces, eso es así sola; vida triste. Ella se agacha y se limpia los ojos, no dice nada, a mi se me alcanza ha escurrir una lagrima y en ese momento no se que decirle así que hay unos minutos en silencio…
Mientras se para y me sirve el chocolate me sigue contando –“en mi casa me consintieron mucho; con ropa fina y joyas; no me quejo yo si tuve, por hay tengo algo que me quedó”. Lucrecia y Leonel me compraban abrigos finos de hecho solo los vendía un señor y eran carísimos, carísimos. Lupo cuando a mi me gustaban unos zapatos me decía le compro otro par. Recuerdo la casa caída y él con unos zapatos debajo del brazo que me había traído, haber si me gustaban. Me consentían mucho y eso fue lo que me perjudicó yo nunca pensé que me iba a pasar una cosa de esas tenia todo y vine a quedar sin nada y sin hermanos. Uno pensaba que le iban a durar toda la vida, pero que se le puede hacer.
En la casa teníamos empleados, a mamá le gustaban los muchachos para el servicio a veces habían 3 mujeres y 3 hombres es que se necesitaban porque la casa era grande, papá salía a la puerta haber quien hacia los mandados porque no le gustaba que nosotras fuéramos a las tiendas nos decía: -“no no no niñitas que van a ir por allá “esa educación como tan esmerada” porque no nos enseñaron a cocinar, yo aprendí a cocinar cuando se calló la casa y eso era para risas, me daba miedo que explotara la estufa “risas”. Un día Lupo infló una bomba mientras yo cocinaba y la explotó así que me agaché a rezar y decía: “dios mío Jesucristo” lo que hice fue coger la olla y votarla por toda la cocina y después de la risa el Lupo se calló por pisar la comida.
Padres de Leonor Camargo
Después de un tiempo la casa se fue acabando y lo que quedaba de nosotros era lo de Pasadena. Hacia la esquina de la casa había una mata grande y altísima a la que se le prendió el buganbil y se veía hasta bonito -no haberme tomado una foto - había tanta flor de olivas, muchos Guamos, frutas y ahorita en eso hay un lote ciego.
La casa se calló
Cuando estaban instalando el acueducto en Sogamoso; por ese sector al parecer se rompió un tubo y la casa se empezó a llenar de agua, así que al poco tiempo la casa se calló. Hace 20 años se calló la casa, papá murió con la noticia la noche que la tumbaron el 5 de mayo y a Lupercio le dio un paro cardiaco. después de unos días le siguió Lucrecia (hermana), ella era profesora de música y murió de pena moral.
Con la caída de la casa la gente nos robo casi todo, se entraban a la casa y sacaban las cosas a escondidas, se robaron hasta la ropa y la loza. En ese momento nos dijeron que nos iban a responder por los daños pero que eso tardaría un poco –“yo nunca pensé que tardarían más de 10 años para darme esta casa en la que vivo”. así que nos fuimos a vivir con Lucrecia y Leonel a un lote donde no había nada, no había agua, la llave quedaba pegada encima de una mesa y para sacarla se regaba la mitad hacia la mesa y uno ponía un plato y salía un tris de agua “risas” y cuando llovía tocaba tener un paraguas porque la choza estaba llena de huecos y con decirle que todas las medias que yo tenia eran para tejer y tejer el techo, eran medias americanas de esas largas y como allá no las usábamos, las cogimos para tapar y para que no se entraran los animales, les tenia mucho miedo, además no había luz y hacia un frio, era como estar en una tumba yo sentía un frio por debajo de las suelas de los zapatos como si le hubieran echado hielo en los pies; me daba miedo y yo era ponga tapetes.
Después de esas anécdotas Le pregunto ¿qué había pasado con los otros hermanos?
Me dice-“ya habían muerto entonces le digo que cómo? Me cuenta uno por uno y de que edad murió: - Rafael el mayor de todos, murió muy pequeñito, no había cumplido los tres años, Bernardo estudió medicina y un día dando un discurso de política lo mandaron matar, el tenía 22 años, Virginia estaba muy enferma y le hicieron una transfusión de sangre y murió; tenia como 25 años, Cecilia murió de trombosis a los 60, Lupercio murió de un paro cardiaco cuando se calló la casa a los 67 y Lucrecia murió de pena moral al mes de la muerte de Lupercio; Leonel murió de problemas en los riñones a los 55 años y ahora solo quedo yo, pero le digo que tiene la fortuna de estar bien de salud, me responde –“gracias a Dios” Afortunadamente a mis hermanos no les tocó tan duro como a mi, yo era la menor la que vi morir a todos, cada vez que había un enfermo me llamaban: Leonor mi mamá se agravó y salga corriendo yo no hallaba qué hacer, esas bajadas de tensión que le daban me daban mucha tristeza; eso es muy duro y todos se amañaban conmigo, mamá era al pie mío, ella no me dejaba, me decía Leonorcita. Estando mamá en el médico un día yo llegué cansada y Lupercio tenia unas botas de un soldado, yo no sé de donde las consiguió, hasta bonitas y me dijo mídaselas, esa noche se agravó mamá, llamaron a los médicos y yo de puro afán de que mamá estaba mala no me di cuenta que tenia las botas, me quedaban grandotas eran numero 44, entonces el médico tocándole el pulso a mamá me miraba y me miraba, él no decía nada era callado y Leonel decía tienen que ponerle cuidado es a Leonor, yo no me daba cuenta de qué y yo con semejantes botasazas “risas”.
Después de reírnos hay una pregunta que quiero hacerle desde hace rato y por fin logro hacerla ¿porqué no se caso ni tuvo hijos? Papá no quería que yo me casara porqué él no me iba a permitir irme de la casa; tuve varios pretendientes pero siempre estuve enamorada de uno nomás, él llegaba con presentes a la casa pero nunca se formalizó nada. Hace poco él murió y tampoco se caso ni tuvo hijos así como yo, entonces le digo que si no se arrepiente de no haberlo hecho –“en ese momento no me interesaba casarme, de mis hermanos solo uno se caso aunque su esposa murió muy joven y tuvieron dos hijos que viven en EE.UU. ahora si me hubiera gustado casarme y tener hijos para no estar tan sola.
Me dice –“un día la muchacha de Saludcoop, Pilar me dijo: señorita Leonor le voy a pedir un consejo, me caso o no me caso usted que dice o me quedo así soltera como usted, le dije eso si a mi no me pregunte porque no puedo decirle si usted se casa cásese con una persona que la trate bien y que no vaya a sufrir pero si no se casa también sufre le dije, no hay como el respaldo de otra persona porque o sino uno tiene que estar haciendo de todo y respondiendo por todo sin haber una persona que le ayude en nada.
Es dura la realidad
La plata se acaba eso no dura, cuando me quedé sin nada y ya todas las propiedades se habían desgastado porque primero se moría uno después el otro, tocaba pagar los médicos, la enfermedad de mamá duro mucho tiempo, la caída de la casa, todo lo que nos robaron. Entonces cuando me quedé sola le dije a Norita la que me dio la casa en la que vivo a cambio del lote de la casa que se había caído que me diera un local porque a mi me gustaba el comercio y ella me respondió no Leito eso haga empanadas, me ofendió tanto la vieja, yo pensé porque no las hace ella que si sabe hacer empanadas, era muy pretenciosa.
Le preguntó que porqué teniendo una casa tan grande solo le habían dado esta más pequeña, - uno de tonto, pero ya a mi edad no podía ponerme a exigir, de pronto me dejaban en la calle, así que la acepte. Le pregunto cómo se siente viviendo en la casa, -Estar solo es muy triste a veces uno se levanta y es muy duro darse cuenta de la realidad o que se esta soñando con ellos y despertarse es muy difícil, no hay con quién hablar y decirle lo que me preocupa y uno busca pero no hay nadie. Me ha pasado que voy a decirle esto y a quién voy a decirle, a nadie es feo, si es triste.
Hace falta la compañía, estar solo es muy triste es pesado la muerte de la mamá, es violenta, en el momento en el que murió mamá me sentí tan sola pero tan sola yo no hallaba para dónde coger, ahí me dio un derrame tan duro, porque uno se acostumbra al hogar a su familia y a todo; en medio de un suspiro dice: es duro y parte el alma, si señor. Me doy cuenta que se pone muy triste y tiene ganas de llorar así que me paro de la silla y ella también.
En seguida me muestra un álbum donde hay algunas fotos de cuando se calló la casa y me dice que les busque el derecho, cuando encuentro las fotos me dice: -“hay en los corredores hay unos buques pintados en la pared del piso hasta el techo y en el techo había otro buque. Cada columna es de estilo Nápoles”. Quedo asombrada de ver las fotos porque las pinturas son bellísimas así que le tomo algunas fotos.
Buques pintados en la pared.